sábado, 12 de noviembre de 2011

POR DECIR

"Las palabras encerradas vuelan perdidas por un mundo interior caótico y desordenado. Ciegas, tropiezan con sangre y con músculo y anidan entre piel y carne, arraigando en lo más hondo. Desesperadas, se encienden en llamas y enloquecen de rabia por no poder salir; lloran, gritan, se revuelen y hieren y destrozan la cordura, el equilibrio, e inundan el paisaje en un mar de llanto y de silencio, de ausencia y soledad.

Las palabras que se encierran, si nacen sinceras, se marchitan en el vientre y no llegan a ver la luz, dejando de ser en la más absoluta tristeza; tristeza por no existir realmente, tristeza por su importancia. Pero, en su muerte, no se van solas, que dejan plagado el recuerdo de negras manchas de heridas fatales. Inertes pero en el recuerdo, sus cuerpos despiden el calor de mil sentimientos.

Las palabras, aunque no las diga, se quedan grabadas en la piel, en la voz, en la mirada y verás, en su momento, que todo, absolutamente todo lo que necesitas está tan lejos, pero siempre tan cerca, tan en silencio aunque no quiera, esperando solamente una palabra."

martes, 8 de noviembre de 2011

CAMBIÓ EL VIENTO

Ha cambiado el viento y llega a mí
cargado de fuego, hambre y sequedad
que cuartea lentamente mis palabras,
que me impide ver dos palmos más allá de
la piel, incinerada, que se pierde ennegrecida
en el vacío que acaba de quedar.

Desprovistos de cubierta o de alguna protección,

mi interior se desparrama en sentimientos
que se pierden con el viento incesante
y me dejan vacío por dentro... tan vacío
que se me olvidan por completo los instantes
en que no he sido nadie más que yo.

Pero, aunque todo sean ahora ruinas abrasadas y
tan ausentes y en el más absoluto silencio,
yo renaceré de esas cenizas muertas
para volver a ser quien siempre he sido,
para convertirme en lo que debo ser,
para ser mejor que nadie más que yo mismo.