jueves, 25 de junio de 2015

ALGÚN DÍA

"Algún día vendrán luces nuevas. Los brillos de esta oscuridad inesperada, salida de lo más profundo de un corazón perdido, serán el único elemento que pueble los rincones que nunca se debieron curbrir de telarañas. El aire, renovado desde el vicio del no saber qué no sentir, moverá lo más interior para descubrirlo en un paisaje recién encontrado, ausente en la casualidad de un reencuentro que no tiene nada de conocido ni de practicado.

Algún día, sea cercano o aún por encontrar en el fluir de un sentimiento nada meditado, moverá el aire y dejará un viento inclemente que aleje lo malo conocido, que intente el contacto de lo mejor por conocer. Sea cierto o ilusión, llegará el momento del reencuentro entre lo esperado y el deseo, fundidos en un ser que nunca ha sabido, ni ahora mismo, unidos en sea lo que dios quiera, esperando los cambios de una nueva sensación.

Algún día nos veremos convertidos no en verdugo de libertad y olvido, no como quien no espera nada y algo quiere encontrar; nos veremos como ojos que se miran desde el no existir del tiempo, desde la perspectiva de un siempre escondido, encontrado poco a poco y por pura casualidad. 

Algún día volverán los tiempos de cinco minutos en que se descubre la historia, una nueva e inconcebible, llena de retazos de casualidad. Pero casualidad es algo que no cabe desde el punto de vista del ser siempre y de lo no pensado, casualidad incoherente que obliga a sentir lo no sentido, a imaginar lo que se debería y a aceptar lo que pueda ser.

Algún día, todo se cerrará en un sólo momento y el aire no importará, y no importará nada. Algún día todo será tan perfecto, que nunca más se podrá olvidar."

miércoles, 24 de junio de 2015

EL SONIDO DEL SILENCIO

"Hoy, entre un paisaje inesperado, perdido en el efecto del tiempo y la falta de visión, me rodea un sonido incandescente que, venido del origen más profundo, me me lleva a lugares tan desconocidos como comunes. El aire, que huele tan distinto desde este trozo de madera, transporta voces que cambian, que se cuentan, que sonríen... Y en un vuelo mágico se pierden y dejan paso a las que vendrán.

Hoy, convertido en los sonidos de una vida entera, puedo saber que el ayer siempre estará ahí, marcando tanto desatino y todo lo demás. Hoy, sonando en el silencio, la música se vuelve palpable casi hasta rozar la piel. Hoy, sentado en la soledad de la compañía, empeñado en desterrar este no sonar que ensordece, puedo fundir presente y pasado, lo que existe y lo que no, y dejar que el tiempo sea tiempo, que la luz venga y vaya, que ilumine y me suma en la oscuridad. 

Y es que hoy, el sonido de las lágrimas cantadas por otros, el sonido de lo callado bajo la apariencia de la alegría, me demuestra que todo esta ahí, que el orden no desaparece, que todo será, es y ha sido, como debe ser siempre."

martes, 23 de junio de 2015

AL FINAL DEL TIEMPO

"El tiempo se olvida, al fin y al cabo lo hemos inventado nosotros. El tiempo, como un fluir extraño e impredecible, se pierde en un vórtice imposible de calcular. El tiempo, arena que se escapa en un agujero sin fondo, se olvida al final del tiempo mismo casi sin poderse evitar.


Perdidos, dos se buscan en mitad del silencio. Dos, como uno sólo que partido por la mitad se separa en el mismo ímpetu de reencontrarse. Así, cada vez más lejos, la mitad deja al uno, y el otro se convierte en ajena mitad.


La calma, tan necesaria como increíble, sumida en una bruma de la que algún día despertaremos, inunda cada poro de la piel cansada y resentida, esa piel que el sol quemó en un deseo ferviente de contacto. Esa calma... Esa calma tan aceitosa que el aire, empastado del recuerdo más involuntario, se convierte en un humo muy difícil de respirar. Pero se respira; se respira y se queda adentro, en cada fibra, en cada parte del ser único, y se disfruta como solamente se puede disfrutar aquello que te destruye. Esa calma... Ese silencio que lo invade todo e invita a pensar.


Y un segundo, ese segundo tan intenso, tan cambiante y de ojos abiertos, se prolonga una eternidad inmensa, oscura, silenciosa, en calma y ajena a todo. Una oscuridad que, abrazando todo aquello que destruye su tejido, se llena por el contrario de brillos tan intensos que es imposible dirigirles la mirada. Mirada... Una mirada cansada de la repetición de lo aparente, ávida de esa oscuridad que llena de reflejos la memoria, que fuerza a destruir para luego crear.


Se acaba todo y llega el silencio. Se acaba el momento y empieza la hora de volver a sentir que es momento de empezar."