martes, 29 de marzo de 2016

NO NOS MOVERÁN

"No, no nos moverán. No; frente al viento alzaremos la voz no escuchada de todo aquello que se mueve por dentro. Con una voz firme, no nos moverán jamás de esta tribuna improvisada de autoconvecimiento y ganas de resistir. Unidos en una vida, no nos moverán, en una lucha perenne que nunca da signos de debilidad ante aires pesados, como impregnados de aceite, y días nublados que ocultan el sol de un futuro cercano. No, nunca podrán movernos de un sentir único y no compartido que se extiende más allá de lo que se quiera ver. De lo que se quiera ver...

No, no nos moverán de este lugar tan recóndito en un mundo plagado de comunicación; tan aislado este refugio que nadie acaba encontrando el camino. Pero aquí estaremos, erguidos frente a todo aunque falten fuerzas, aunque la flaqueza ataque ansiosa porque, al final, no nos moverán.

No nos moverán y todo seguirá en este ambiente impasible en que la bruma se convierte en viento, en que los segundos son mucho más que tiempo, en que después de todo nada queda... Nada, salvo el recuerdo de un recuerdo que impregnó la vida de tal forma que, por mucho que se intente, no nos moverá.

No moverán esa ausencia, ese no saber y no sentir, ese sentir demasiado para lo que se requiere. No moverán esos ojos que atisban impacientes el aparecer de alguien tan especial. No moverán esos labios que ya no paran quietos en palabras tan deseadas y por decir; tan cerrados en la vida real. No nos moverán de esa infancia tan de sueño, tan especial, tan extraña a otros ojos. No nos moverán del tiempo en que fuimos únicos. No nos moverán de ese reclamo que nunca obtiene respuesta, de esos labios que, por mucho que se los llame, nunca acuden. No nos moverán tampoco de tanta imagen guardada, de tanto segundo disfrutado...

Y disfrutado, como se disfruta el silencio. Disfrutado, sí. Y no nos moverán de este sentimiento que ha costado tanto aprender a base, y a pesar, de los años. No nos moverán, y perdone quien lo intente, pero ya ha habido demasiados frentes, demasiadas guerras, y uno lo que quiere uno ya no es más que haya calma y que, por una vez, no lo muevan más.